Las miradas del mundo están puestas en la economía de Venezuela. Brasil vende una gran variedad de productos y servicios al país. Sin una industria sólida, Venezuela es un mercado potencial para el consumo.

La economía de Venezuela depende totalmente del petróleo. Además de no tener una industria significativa ni una agricultura desarrollada, los venezolanos importan la mayoría de los bienes y alimentos que consumen. Uno de sus mayores socios comerciales es Brasil.

Durante los 14 años que estuvo en el poder, Hugo Chávez lideró un país cuya economía se triplicó, pasando de 97 mil millones de dólares a más de 300 mil millones.

Los ingresos aumentaron junto con el precio del petróleo, el principal producto del país. Los “petrodólares” financiaron cambios sociales, pero también hubo inflación y escasez en Venezuela.

“Esta dependencia del petróleo tiene un impacto en el ciclo político venezolano. Cuando los precios del petróleo suben, el gobierno de Venezuela está bien, en términos de popularidad. Hugo Chávez prometió diversificar y modernizar la economía venezolana, pero no lo hizo. La economía se volvió aún más dependiente de las exportaciones de petróleo”, afirma Demétrio Magnolli, sociólogo.

Sin una industria o agricultura fuerte, Venezuela abastece la mayoría de su economía con importaciones. Durante la era de Chávez, Brasil se convirtió en un proveedor importante de alimentos y empresas brasileñas lograron entrar en el mercado venezolano con grandes proyectos de infraestructura.

El año pasado, por ejemplo, Brasil exportó significativamente más a Venezuela de lo que importó, con un superávit comercial de 4 mil millones de dólares. “Desde un punto de vista económico y comercial, durante el período de Chávez, la relación con Brasil fue muy positiva y beneficiosa para Brasil, lo que justifica tanto la acción de Brasil desde un punto de vista ideológico como de interés económico y comercial para incluir a Venezuela en el Mercosur”, destaca Rubens Barbosa, presidente del Consejo de Comercio Exterior de FIESP.