La primera cumbre de la Celac comenzó el domingo en Santiago con las notables ausencias de la presidenta Dilma Rousseff, quien regresó a Brasil después del trágico incendio en una discoteca en Rio Grande do Sul, y del presidente venezolano, Hugo Chávez, principal impulsor de la iniciativa. El presidente chileno, Sebastián Piñera, homenajeó a Chávez al inaugurar la reunión de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que se llevará a cabo hasta el lunes y que fue precedida por dos días de reuniones entre la Celac y la Unión Europea. “Quiero hacer un reconocimiento a un presidente que no está con nosotros, el presidente Hugo Chávez, cuya visión permitió poner en marcha esta iniciativa”, dijo Piñera.

La Celac, integrada por 33 países, fue creada en diciembre de 2011 en Caracas a petición de Chávez, quien se encuentra hospitalizado en Cuba desde el 12 de diciembre después de su cuarta operación contra un cáncer. “Todos esperamos que pueda superar esta batalla, quizás la más difícil de su vida, y que pueda reincorporarse plenamente como presidente de Venezuela”, agregó Piñera. El vicepresidente, Nicolás Maduro, designado por Chávez como su eventual sucesor, es el representante de Venezuela en la cumbre.

Dilma, por su parte, regresó a Brasil el domingo por la mañana, antes de que finalizara la cumbre Celac-UE, hacia Santa Maria, una ciudad en Rio Grande do Sul donde ocurrió el trágico incendio en una discoteca que dejó más de 230 muertos.
“Es una tragedia para todos. No puedo continuar en la cumbre porque mi prioridad en este momento está con el pueblo de Brasil”, dijo Dilma antes de partir de Santiago. Los países latinoamericanos y europeos enviaron sus condolencias al gobierno brasileño por la tragedia.

Tampoco participan en la reunión de la Celac el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en plena campaña electoral para su reelección, y el presidente de Paraguay, Federico Franco, cuyo país se encuentra suspendido en los acuerdos regionales de Unasur y Mercosur después de la destitución del ex presidente Fernando Lugo en un controvertido juicio político. La reunión de la Celac inició sus sesiones después del cierre el domingo de una cumbre de dos días entre la Celac y la UE, en la que acordaron una nueva alianza estratégica de cooperación que tiene como objetivo promover la inversión interregional.

La reunión reunió a 60 países de ambos lados del océano Atlántico, en un momento en que la mayor economía del mundo sufre la peor crisis de su historia y América Latina pasa por un buen momento, con tasas de crecimiento sostenido que en los últimos años han sido del 4,5%, en promedio. La Celac será presidida a partir del lunes por Cuba, en uno de los mayores reconocimientos regionales concedidos al gobierno comunista de la isla, que enfrenta un embargo comercial y una política de aislamiento de Estados Unidos desde hace medio siglo.

El presidente cubano, Raúl Castro, recibirá el lunes la presidencia temporal de la nueva entidad por un año, un hecho que fue calificado como “un cambio de época” en América Latina por la presidenta argentina Cristina Kirchner. Por su parte, los países de la Alianza del Pacífico, Chile, Colombia, México y Perú, anunciaron el domingo que crearán de forma acelerada una zona de libre comercio y antes del 31 de marzo acordarán la eliminación total de aranceles para al menos el 90% de los productos.

“El 10% restante tendrá un calendario hasta alcanzar la meta del 100% de libre comercio entre nuestros países”, afirmó el presidente de Chile, Sebastián Piñera, acompañado por los líderes de Colombia, Juan Manuel Santos, Perú, Ollanta Humala, y México, Enrique Peña Nieto. Por su parte, el Mercosur, integrado por Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay (suspendido) y Venezuela, mantiene una política comercial más cerrada, en particular por su exigencia de que Europa y Estados Unidos pongan fin a los enormes subsidios agrícolas.

Por otro lado, México y Brasil acordaron el sábado promover una mayor cercanía entre sus empresarios para estrechar las relaciones comerciales, en una reunión entre el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y Dilma Rousseff. Peña Nieto anunció a la prensa que exploró con Dilma las posibilidades de una mayor cooperación futura entre la petrolera estatal mexicana Pemex y la gigante brasileña Petrobras. Brasil recientemente impuso cuotas a la importación de automóviles y piezas de repuesto provenientes de México, que estaban libres de impuestos desde 2002.