El deservicio argentino al Mercosur
En medio de varios problemas económicos, incluyendo una crisis cambiaria, la Casa Rosada cierra las fronteras a las importaciones, perjudicando a Brasil y rompiendo acuerdos comerciales.
La constitución del Mercosur, en términos económicos, se justificaba por la creación de un espacio comercial en el que cada una de las economías de los países miembros se integraran, no solo para aumentar su peso conjunto en el comercio internacional, sino también para servir como una salida en tiempos de crisis para todos.
Desde el punto de vista geopolítico, la creación del bloque cumplió con todos sus objetivos, con una distensión en la históricamente difícil relación entre Brasil y Argentina. Sin embargo, desde el punto de vista económico, el Mercosur no solo se estancó, sino que también retrocedió. Y la causa de los problemas del bloque tiene un nombre y apellido: Cristina Elisabet Fernández de Kirchner.
Al radicalizar las heterodoxias en la política económica adoptada durante el gobierno de su esposo Néstor, Cristina aísla aún más al país en el mundo. Al no poder -o no querer- encontrar una solución negociada con los acreedores que quedaron después de la moratoria de 2001/2002, la presidente mantiene a Argentina como un paria en el sistema financiero globalizado.
Además, ha intervenido en el mundo de los negocios de manera inapropiada, alejando a inversores, tanto nacionales como internacionales. Un ejemplo de esto es la intervención en el Indec, encargado de calcular la inflación oficial, con el objetivo de manipular las cifras y mantenerlas por debajo del 10% anual, mientras que cálculos de firmas de consultoría privadas indican que la inflación es más del doble de esa cifra.
A pesar de las advertencias del FMI sobre posibles sanciones al país debido a la absoluta falta de confianza en las cifras oficiales, Cristina Kirchner insiste en su postura y permite que Guillermo Moreno, secretario de Comercio Exterior y mano derecha en intervenciones autoritarias -incluso contra la libertad de prensa-, procese a estos consultores con el fin de que dejen de publicar cifras independientes de inflación. No contentos con manipular las cifras oficiales, quieren destruir a las empresas privadas, algo típico de una “república bananera”.
No es de extrañar que Argentina esté enfrentando una crisis cambiaria. Y para combatirla, el gobierno de Cristina se está volviendo cada vez más proteccionista, rompiendo acuerdos del Mercosur. Y como Brasil es un fuerte exportador hacia el país vecino, está pagando un alto precio en este cierre de puertas comerciales. De enero a septiembre, las exportaciones a Argentina cayeron de 16.8 mil millones de dólares en 2011 a 13.4 mil millones este año. Hay que tener en cuenta que, sin ninguna reacción visible por parte del Itamaraty, Brasil está cediendo miles de millones de dólares para ayudar a reducir la crisis argentina de falta de divisas. Como resultado, los exportadores brasileños están pagando el precio. Quizás cuando el proteccionismo de Cristina genere desempleo en este lado de la frontera, la magnánima diplomacia del gobierno de Dilma finalmente muestre algún signo de defender los intereses nacionales.
Los aliados de Cristina K. en Brasilia no lo admitirán, pero lo que solía ser una solución en el Cono Sur ahora se ha convertido en un problema.