El cambio de moneda del real brasileño es necesario incluso en el Mercosur.
El turismo entre los países del Mercosur es intenso: según las cifras del Ministerio de Turismo brasileño, los argentinos son los principales visitantes de Brasil (29,33%), seguidos por Estados Unidos, que ocupan el segundo lugar y representan el 10,95% de los viajeros. Uruguay ocupa el tercer lugar con el 4,81% de los visitantes. En conjunto, los países del Mercosur son responsables del 46,54% de los viajes internacionales a Brasil. Sin embargo, aquellos que viajen al extranjero, incluso a los países vecinos del Mercosur, deberán cambiar su moneda nacional por la moneda del país de destino.
Es estratégicamente importante mantener buenas relaciones con nuestros vecinos. Los argentinos también son los que más visitan Uruguay (69,43%). Los brasileños, por otro lado, fueron los extranjeros que más viajaron a Argentina en 2012, con 817.198 visitas, lo que representa el 31,82% del total, seguidos por los chilenos con 220.592 visitantes, el 8,59%. En estas rutas por el continente, cada país tiene su propia moneda.
Por razones de política monetaria, los países prohíben el uso de moneda extranjera en sus territorios. Según el Banco Central Brasileño (BCB), permitir el uso de monedas extranjeras en el mercado interno podría causar un grave desequilibrio en la cantidad de dinero en circulación, lo que a su vez impediría al gobierno aplicar una política monetaria efectiva. “Esto imposibilitaría el control de la inflación, por ejemplo”, comenta el organismo cuya misión es asegurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda brasileña y un sistema financiero sólido y eficiente. Este no es el caso de países que tienen una moneda unificada, como en el caso de la Zona Euro.
El BCB señala que la decisión de aceptar o no la libre circulación de una moneda extranjera en el comercio interno es exclusiva de cada país, y aunque es poco común, hay lugares que aceptan esta práctica. Argentina, por ejemplo, acepta el uso de dólares y euros. “Aunque estas monedas generalmente son aceptadas, el cambio de moneda extranjera a moneda nacional se debe hacer en bancos y casas de cambio autorizadas para este fin”, aconseja el gobierno de la Casa Rosada.
En el mercado informal, el visitante incluso puede encontrar utilidad para su propia moneda en territorio extranjero. Por lo tanto, es posible que en Montevideo, Buenos Aires o Santiago de Chile, el turista brasileño pueda pagar los souvenirs de su viaje con billetes en reales. Sin embargo, el Banco Central recuerda que aquellos viajeros que realicen compras evadiendo las reglas locales estarán sujetos a inspecciones.
Paloma Gesing, responsable del Departamento Internacional de la agencia de viajes Mercosur Tours, desaconseja a los visitantes recurrir a la informalidad. “Es importante, incluso, guardar el comprobante del cambio de moneda en caso de necesidad”, afirma. Ella destaca que este tipo de transacciones informales ocurren especialmente en zonas fronterizas, debido a la mayor circulación de monedas de países vecinos. En estos lugares, el cambio -ya sea formal o informal- es facilitado por la cercanía.
Sin embargo, el Banco Central señala que es el mercado cambiario el que decide qué monedas se convertirán, por lo que cuanto más lejos estén los países y menos circulen las monedas en el mercado local, más difícil será la conversión. En estos casos, se utilizan dólares o euros, considerados “monedas convertibles”. “En muchos lugares, el real no servirá de nada, por lo que es recomendable cambiarlo por dólares o euros en Brasil”, afirma Paloma.
Las compras con tarjeta de crédito estarán sujetas a la conversión de la operadora de la tarjeta, además de un recargo del 6,38% de Impuesto sobre Operaciones de Crédito, Cambio y Seguros (IOF). Una buena alternativa es utilizar una tarjeta prepagada, que no está sujeta al IOF y que, al utilizarla en modo de débito, no cobra tarifas adicionales.