Las economías de Argentina y Venezuela, dos importantes socios comerciales de Brasil, están enfrentando un momento en el que los dólares están saliendo del país después de intervenciones gubernamentales en el mercado de cambio. Solo en este mes de enero, el peso argentino ha devaluado un 22%, la mayor caída desde 2002.

Las cotizaciones están en aumento. En Argentina, el dólar cerró el día a 8 pesos, un incremento del 12%. En el mercado paralelo, la moneda estadounidense llegó a 13 pesos.

Después de haber gastado casi el 30% de sus reservas internacionales el año pasado para evitar una fuerte subida del dólar, el gobierno de Cristina Kirchner dejó de intervenir en la cotización del mercado y el peso comenzó a devaluarse rápidamente. A pesar de que el Banco Central vendió 100 millones de dólares, el peso continuó cayendo. Para controlar la salida de dólares del país, el gobierno limitó las compras por internet sin impuestos a 25 dólares por año.

“Es una situación difícil por la que está pasando Argentina, entiendo los problemas y dilemas de la presidente Kirchner, pero de esta manera solo está tratando de resolver un problema ahora para crear dos problemas más adelante”, explica André Perfeito, economista.

Después de 42 días de recuperación de una cirugía cerebral, la presidente Cristina Kirchner apareció en público por primera vez el miércoles (22) pero no habló sobre la economía. Al igual que Argentina, Venezuela también está sufriendo de una alta inflación. El gobierno gasta más de lo que recauda y las reservas en dólares del país no dejan de disminuir. El remedio adoptado por el presidente venezolano es similar al de la presidente argentina.

La única diferencia es que la devaluación de la moneda en Venezuela se lleva a cabo por sectores. El país tiene tres cotizaciones: una oficial para productos esenciales como alimentos a 6,30 bolívares, otra más alta también oficial para productos no esenciales a 11,30 bolívares, y finalmente, el mercado paralelo con una tasa cercana a 80 bolívares por dólar. El Jornal Nacional consultó a economistas sobre las posibles consecuencias de las políticas cambiarias de nuestros vecinos y cómo pueden afectar a Brasil.

Ambos países dependen de la exportación de pocos productos para equilibrar sus cuentas. Petróleo en Venezuela y granos y carne en Argentina. Para los economistas consultados por Jornal Nacional, ambos gobiernos están enfrentando una profunda crisis de credibilidad. Argentina ha entrado en default en su deuda externa y Venezuela, a pesar de depender de importaciones, ha expulsado a numerosas empresas multinacionales del país. Mientras que ambos países no reduzcan sus gastos públicos y fomenten la inversión, será difícil salir del agujero.

“A medida que no se toma el medicamento adecuado en la dosis correcta, la enfermedad empeora y eventualmente no hay manera de revertirlo a menos que se produzca un trauma, como una desestabilización económica, social y política del país”, explica Roberto Giannetti, economista.

Otra preocupación es el comercio. Argentina y Venezuela son los principales compradores de productos brasileños en el continente. Con la crisis en nuestros vecinos, las previsiones de los economistas para el Mercosur no son alentadoras.

“Brasil tendrá a dos pesos pesados del Mercosur en grave crisis económica e institucional. Esto afectará la imagen y las relaciones externas del Mercosur con otros bloques, que lo verán con preocupación, desprecio e incluso lo considerarán irrelevante”, concluye Roberto Giannetti.