Varias reuniones tuvieron lugar esta semana en Brasilia, con representantes de ambos lados para llegar a un consenso que se ha perseguido durante casi dos décadas.

El Mercosur está dispuesto a hacer concesiones a la Unión Europea para que el acuerdo comercial entre ambos bloques se firme antes de fin de año, pero asegura que no renunciará a contrapartidas importantes por parte de los europeos, especialmente en lo que se refiere a las materias primas.

Varias reuniones tuvieron lugar esta semana en Brasilia, con representantes de ambos lados para llegar a un consenso que se ha perseguido durante casi dos décadas. Los países sudamericanos están dispuestos a hacer concesiones en áreas como la mayor apertura para la importación de productos industriales y servicios financieros. Sin embargo, esto solo será posible si los europeos suspenden las cuotas y barreras a la importación de carne, azúcar y etanol, productos en los que Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay son fuertes.

En contra de este intento de acuerdo, el lobby de los productores agrícolas de la UE, especialmente Francia e Irlanda, están actuando fuertemente junto a los gobiernos. La industria cárnica de Irlanda, por ejemplo, emitió un comunicado afirmando que un acuerdo con el Mercosur es “totalmente inaceptable”. La industria azucarera europea, por su parte, alega que un acuerdo diezmaría las fábricas locales, que ya han recortado 24.000 puestos de trabajo en los últimos años y reducido la producción en 4,5 millones de toneladas.

En una entrevista con Sputnik Brasil, el director de Operaciones Corporativas de la Cámara de Comercio e Industria del Mercosur y las Américas, Rogério Lino Pereira, dice que, a pesar de las presiones de algunos países europeos, confía en un acuerdo inminente con la UE. Según él, países como Alemania, Francia, Reino Unido, Dinamarca, España y Portugal ayudan a contrarrestar la presión de los grupos contrarios.

“La fase final de las negociaciones siempre es más tensa. El principal punto liderado por Francia e Irlanda es la cuestión del etanol y la parte de la carne. Quiero creer que podremos encontrar un equilibrio entre la importancia de estos productos para nuestros socios del Mercosur y la necesidad de proteger los intereses de los agricultores europeos, y que esto sea bien aceptado por ambas partes”, afirma Pereira.

El director de la Cámara de Comercio e Industria del Mercosur y las Américas recuerda que las reuniones de esta semana en Brasilia definirán las concesiones máximas que Brasil y Argentina pueden aceptar. Pereira observa que una de las principales exigencias de los europeos es en relación a los precios que se practican actualmente en el continente, que son mucho más bajos de lo que se considera aceptable por los miembros del Mercosur.

“No tendríamos precios para competir con el mercado europeo. La propuesta inicial era para un millón de toneladas de etanol. En un momento se habló de 600.000 toneladas y hoy hablan de algo cercano a las 400.000, y solo para fines industriales. No atenderíamos al mercado de etanol para vehículos. Brasil no está dispuesto a renunciar a eso. Sabemos de nuestro potencial, de la calidad y del impacto en el medio ambiente. Actualmente, el etanol tiene una tarifa de importación prohibitiva de 0,19 euros por litro”, explica el ejecutivo.

En cuanto a los intereses de los europeos, Pereira menciona el mercado financiero como uno de los principales. Según él, hay una predisposición por parte del Banco Central de Brasil y de Argentina para hablar con representantes de estas instituciones sobre cómo flexibilizar las salvaguardas que se requieren actualmente para la actuación de extranjeros en los mercados locales en nichos en los que muchas de estas empresas no operan. Con información de Sputnik Brasil.