Líderes de la Unión Europea traen este fin de semana a América Latina su búsqueda de nuevas oportunidades de crecimiento económico, después de tres años de crisis en el bloque europeo, pero la perspectiva de un acuerdo de libre comercio con el Mercosur sigue siendo distante.

Brasil, Argentina y Venezuela, países con gobiernos izquierdistas que dominan el Mercosur, son más reacios a derribar barreras comerciales. Tanto Brasil como Argentina han adoptado medidas -vistas por críticos como proteccionistas- para apoyar a sus industrias.

Por su parte, los líderes europeos saben que necesitan a América Latina en un momento en que las economías de España e Italia están en recesión, y la zona euro, con 17 naciones, apenas comienza a dar señales de recuperación de una crisis de deuda que casi llevó al fin de la unión monetaria. Incluso el crecimiento de Alemania, el país más rico del bloque, se espera que sea solo del 1% este año.

“Hay una creciente tendencia en partes del Mercosur a adoptar medidas proteccionistas, lo que puede plantear ciertas dudas sobre la posibilidad de reunir suficiente voluntad política para abrir mercados”, admitió el comisario (ministro) europeo de Comercio, Karel de Gucht, en un discurso la semana pasada ante el Parlamento Europeo.

A pesar de estas dudas, y de la persistente polémica en torno a los subsidios agrícolas europeos, Brasil propondrá en la cumbre que se retomen las negociaciones comerciales que se iniciaron hace 18 años, según una fuente gubernamental el jueves.

México ya ha firmado un acuerdo comercial con la UE desde hace varios años. En diciembre, los parlamentarios europeos aprobaron acuerdos similares con Colombia, Perú y seis países de Centroamérica, en otro capítulo de la lucha entre fuerzas a favor y en contra del libre comercio.

El comercio entre la UE y América Latina se ha más que duplicado en la última década, alcanzando los 280 mil millones de dólares el año pasado. Europa también es la principal fuente de inversiones externas en América Latina y el Caribe.

Pero también hay enormes disparidades económicas entre las dos regiones. Aunque ambas tienen una población de alrededor de 500 millones de personas, el PIB total de la UE es de 17,6 trillones de dólares, tres veces la suma de los PIB latinoamericanos.

“RESERVORIO DE PROBLEMAS”

Los negociadores de la UE y el Mercosur han estado tratando de alcanzar un acuerdo de libre comercio que abarque a 750 millones de personas y un comercio anual de 130 mil millones de dólares.

Un acuerdo con el Mercosur ayudaría a los exportadores europeos, especialmente de automóviles, maquinaria y bienes de lujo. Los defensores dicen que también generaría crecimiento económico en América del Sur, donde se producen muchos componentes e insumos para Europa.

Pero las relaciones de Europa con Argentina, la tercera economía más grande de la región, se han deteriorado en el último año, complicando las perspectivas.

En 2012, la presidenta Cristina Kirchner tomó el control de la empresa petrolera YPF, originalmente argentina, pero que había estado bajo el control de la española Repsol durante años.

Las tensiones también se han exacerbado debido a disputas sobre las restricciones argentinas a las importaciones, que han llegado a la Organización Mundial del Comercio (OMC). Buenos Aires, por su parte, se ha quejado ante la OMC por las restricciones de la UE al biodiesel argentino.

“Esto es solo el comienzo”, dijo el analista de comercio Fredrik Erixon, del Centro Europeo de Economía Política Internacional, en Bruselas. “Hay todo un reservorio de problemas, desde alimentos hasta inversiones”.

Se espera que una declaración final de la cumbre haga referencia a la necesidad de proteger las inversiones extranjeras y el libre comercio, pero sin abordar cuestiones bilaterales.